Opublikowane: 1998-06-15

Staranie o utworzenie zwierzchnictwa Zakonu Rycerskiego Bożogrobców w Polsce

Andrzej F. Dziuba
Prawo Kanoniczne
Dział: Rozprawy i Artykuły
https://doi.org/10.21697/pk.1998.41.1-2.07

Abstrakt

La tradición dice que la Orden de los Caballeros del Sagrado Sepulcro de Jerusalén tiene sus raíces en la primera Cruzada, o sea que remonta al ano 1099. Sin embargo, hay que ver las opiniones así formuladas en un amplio contexto histórico, percibiendo ideas generales más bien a que unos elementos formales y legales. El espíritu de servicio para con el Sepulcro de Jesucristo y para con todo aquello que se relaciona con él dio a luz una obra que ha perdurado hasta hoy y que se conoce con el nombre de la Orden de los Caballeros del Sagrado Sepulcro de Jerusalén.

La tradición polaca de estas ideas fue iniciada por Jaksa de Miechów, ya en el ano 1163. Su signo visible es la espléndida basílica de Miechów en que se guardan unas ricas colecciones de la cultura material. Esta tradición se hizo muy popular en la tierra polaca difundiendo sobre todo el culto del Sagrado Sepulcro y numerosos oficios de pasión. Su historia es lustrosa, especialmente en su línea canóniga hasta la casación de la Orden en 1819.

Los intentos de restaurar la Orden en la época entre las dos guerras mundiales no dieron, sin embargo, resultados positivos. Tampoco pudo ser restaurada después de la segunda quena mundial. No fue antes de la década de los arios 80, con sus cambios democráticos, que esos intentos tomaron cuerpo. Eso es tanto más importante que son las leyes existentes que determinan las formas y estructuras de crear lugartenencias y de nombrar a los miembros de la Orden.

Los primeros pasos que se hicieron en el camino de restauración de la Orden en Polonia fue la visita de los representantes de la Lugartenencia de Suiza y de W.P. Romanowski de Canadá. Sin embargo, los intentos no podrían ser exitosos si no fuera por el gran empeño por la parte del Cardenal Giuseppe Caprio, Gran Maestre de la Orden. Su encuentro con el Cardenal Józef Glemp. Primado de Polonia dio un impulso positivo a esta causa. Más tarde, fue el conde J.F. Soya de Londres quien estimuló los siguientes pasos.

Un momento crucial de este proceso fue la visita a Polonia del Embajador conde L. Carducci Artenisio, Gobernador General de la Orden, y de R.H. Benson, superior de Inglaterra y de Gales. Fue en esa oportunidad que se establecieron los mas importantes detalles del „modus procedendi" en la serie de actos estructales y personales de la nueva lugartencia de la Orden en Polonia.

Ya es simbolica la oración de los representantes de la Orden en la iglesia de los Caballeros del Sagrado Sepulcro, de Gniezno y en la basílica de Miechów. Su presencia durante las solemnidades de San Adalberto que tienen lugar anualmente en Gniezno, así como en el santuario de la Virgen Negra de Czestochowa indican el rico carácter del servicio que presta la Orden para con la Tierra Santa. Un rol destacado desíampefio aquí la Secretaría del Primado de Polonia, especialmente en la persona de su director, pe. Dr. Prof. Andrzej F. Dziuba.

La Lugartenencia de Polonia fue creada mediante un decreto emitido por el Gran Maestre el día 6 de octubre de 1995; el mismo día el Cardenal Józef Glemp. Primado de Polonia fue nombrado su Gran Prior. Al mismo tiempo, mediante una decisión de la Conferencia del Episcopado de Polonia, los metropolitanos obtuvieron el derecho a presentar a los candidatos a la Orden. Em virtud del „motu proprio" del Gran Maestre fueron nombrados los primeros miembr espirituales, a saber: el arzobispo H.J. Muszynski de Gniezno, el arzobispo J. Kowalczyk, nuncio apostólico en Polonia, el obispo K. Ryczan de Kielce, el canónigo Dr K. Kocifiski, rector de la iglesia de los Caballeros del Sagrado Sepulcro, de Gniezno y el canónigo J. Gredka, párroco de la iglesia de los Caballeros del Sagrado Sepulcro, de Miechów.

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Zasady cytowania

Dziuba, A. F. . (1998). Staranie o utworzenie zwierzchnictwa Zakonu Rycerskiego Bożogrobców w Polsce. Prawo Kanoniczne, 41(1-2), 173–200. https://doi.org/10.21697/pk.1998.41.1-2.07

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